Contenido Extra: Cazadora estelar de élite

Darius, tres semanas después, planeta Tierra
Lily deambulaba por sus viejos cuarteles y pasaba sus dedos por cada superficie que yo podía ver, el espacio era más pequeño que nuestros cuarteles actuales en la Base lunar de Arturri.
—No puedo creer que solo haya pasado un mes. Parece como si esto fuera de otra vida.
—Eso es porque era una vida diferente. Una vida terrible, sin mí. —La rodeé con mis brazos, eternamente agradecido de que fuera mía.
Había quedado estupefacto cuando ella había solicitado permiso del general Romulus para regresar a la Tierra para, según había dicho, dejar todo en orden.
Miré su apartamento y no vi nada de orden. Había cajas apiladas junto a las paredes con etiquetas de donación para personas que, según Lily, necesitaban los artículos.
Había pasado horas agonizantes antes de nuestro viaje por lo que les diría a sus padres. Al final, los llamó por una videollamada, me presentó y les dijo la verdad.
No le creyeron, pero Lily se sentía mucho mejor con todo, sabiendo que sus padres sabrían dónde estaba y lo que estaba haciendo. Cualquier cosa que la hiciera feliz era perfecto para mí.
—Bueno, ¿nos vamos? —preguntó ella—. No queda nada. Tengo un par de cajas que quiero llevarme, pero el resto puede ir a la caridad. Ya me ocupé de mis padres. Notifiqué al propietario y a los servicios. Apagué todo.
No comprendía lo que estaba hablando, pero no la interrumpí. A mi mujer le encantaba hablar de las cosas en voz alta.
—Lamento que tus padres no me aprobaran.
Ella estalló en carcajadas y se volteó a verme, rodeando mi cuello con sus brazos.
—He esperado años para ver la conmoción en el rostro de mi madre. —Ella siguió riéndose y enterró su rostro en mi pecho—. Dios mío, en serio. Probablemente tuvo un infarto cuando terminamos la llamada.
—Eso no sería bueno, compañera. No desearía ser el responsable de que tu madre se enfermara.
Ahora sus dedos se movieron a mi cabello, masajeando mi nuca y cuello y todo mi cuerpo respondió al instante. A Lily le gustaba jugar con mi cabello cuando la estaba follando, lo cual significaba que, cada vez que me tocaba de esa forma, en lo único que podía pensar era en enterrarme en su interior y hacerla gozar una y otra vez.
—¿Y mi padre? Contigo en esa armadura negra de cazador estelar, pareces un motociclista. ¿Y las marcas en nuestros cuellos? ¿Los remolinos? Nunca te perdonará por seducir a esta pequeña niña inocente.
—Soy inocente de ese cargo. Tú eres la que trajo la historia de la bestia a nuestra cama. Tú me sedujiste.
—¿Lo hice? —Lily levantó su rostro para verme—. Bueno, regresemos a casa para que pueda hacerlo de nuevo.
Me incliné para besarla, asegurándome de dejarla sin aliento antes de soltarla para que respirara.
—Sabes, tuve una larga charla con Mia y Jamie antes de regresar aquí.
—Lo sé. Yo también les pregunté.
—¿Qué les preguntaste?
—Si querían que les lleváramos algo. Ya sabes, chocolate o dulces o cualquier cosa que extrañen de la Tierra.
—¿Eso es lo que hay en esas cajas?
—En parte.
—Ya veo. —Bajé mi cabeza hacia ella, mis labios estaban sobre los suyos. Compartiendo su aire—. Yo también quería algunas cosas de la Tierra. Mia y Jamie estuvieron felices de decirme cómo adquirirlas.
—¿Querías algo? ¿Estaban felices?
—Sí. Hice que me trajeran algunas cosas mientras estabas en la ducha.
—¿Qué cosas?
La besé gentilmente.
—Pastel de chocolate.
Ella jadeó.
—Darius. No tenemos tiempo para…
—Y pastel de queso de cereza.
—Oh, amo cuando te pones travieso.
—Tengo hambre, mujer. Quiero saborear esos manjares en tu carne. Y tu vagina.—La besé con fuerza. Profundo. Le hice saber con mi lengua exactamente lo que le iba a hacerle a su cuerpo.
—Pero ¿dónde? —Ella miró alrededor el área vacía que solía ser su espacio de vivienda.
—La cama está por ahí. —Señalé su habitación y sonreí. La cama estaba ahí y yo había arreglado el colchón con sábanas limpias cuando ella estaba ocupada ordenando la sala—. Espero que estés desnuda cuando llegue.
—Vas a mimarme.
—Yo seré el que va a comer cerezas dulces y pastel de queso.
—Buen punto. —Lily se fue hacia la habitación, desvistiéndose con cada paso que daba.